Por Álvaro Montes
Visitar la sede de la compañía alemana SAP, en Walldorf, es toda una experiencia estética. En lugar de una joven, fogosa y bien dotada recepcionista esperando en la entrada, como suele ocurrir por acá, el visitante encuentra una instalación de arte de esas que perfectamente podrían ser exhibidas en un museo moderno. Extrañas criaturas digitales le siguen en un río virtual bajo el piso de cristal, responden con inteligencia a sus movimientos y le acompañan hasta los pisos superiores. El concepto, denominado Quell.code, fue desarrollado por Horst Hörtner, director de Ars Electronica Futurelab y pretende captar la idea de innovación en los procesos de negocio que esta empresa desarrolla.
El visitante tendrá un almuerzo de negocio con un ejecutivo de SAP y si la instalación de arte electrónico no le impactó lo suficiente, seguro lo hará el extraordinario menú en el restaurante del piso tres, en donde el placer de la buena mesa y una selecta cava se encargarán del resto. Así se hacen los negocios y así se trabaja hoy en las grandes compañías de tecnología.
Los empleados, que pasan en este magnífico conjunto de edificios una parte de su vida, parecen disfrutarlo aún más. Gimnasio, guardería, sala de masajes, oficina del Postbank, salas de descanso en cada esquina, sofás para tomar una siesta, que combinan diseños modernos con estilos Bauhaus, y numerosos restaurantes y cafeterías, hacen que uno se pregunte ¿a qué hora trabajan? Pero trabajan, y muy eficientemente, como empresa alemana que es, a juzgar por las cifras: 92.000 clientes en 120 países, ingresos promedio de 12.000 millones de dólares anuales, 48.000 empleados y liderazgo en el segmento de software para los negocios.
Es evidente que en la sociedad de la información ya no tienen un puesto aquellos jefes de personal que llevan un látigo en la mano ni aquellas empresas que recortan los gastos de cafetería. Por acá en Colombia a los empresarios todavía les parece mucha gracia poner una mesita de ping pong en el parqueadero, mientras que la compañía norteamericana Google, reconocida como el rey de Internet, es tan famosa por su célebre buscador como por su formidable ambiente de trabajo. En sus instalaciones en Seattle, los empleados tienen siempre una fuente de buena comida a menos de 500 metros, según un concepto estipulado por Sergey Brin. Los norteamericanos han descubierto que una buena mezcla de productividad, talento y diversión son las claves de un ambiente laboral exitoso. No hay que llevar corbata, cada empleado puede organizar su escritorio como desee y sus sedes en todo el mundo están llenas de objetos locos y conceptos extravagantes, como el famoso tobogán en las oficinas de Seattle, o una pared para escalar en los ratos libres, en la oficina de Colorado. Aparte de esto Google es conocida por sus buenos salarios. Se dice que un programador recibe más de 175.000 dólares al año y por eso la revista Fortune la consideró la mejor empresa para trabajar en América. La compañía ofrece subvenciones para estudios, y estímulos a quien adopte un niño o a quien compre un auto más ecológico.
La sede de Microsoft en Redmond no se queda atrás. En verano, por los pasillos de sus enormes edificios pululan ingenieros en pantuflas y pantalón corto, la corbata ha sido prácticamente desterrada y se juega fútbol después del almuerzo en una cancha frente a las oficinas principales. Los 40.000 empleados del campus de Redmond se transportan hasta sus casas en buses dotados con WiFi y movidos con combustible verde. Nada de eso impidió que Microsoft se convirtiera en la más poderosa compañía de software del planeta y su propietario en el hombre más rico del mundo. Trabajar en buenas condiciones funciona.
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AHANAOA A. C.
Miguel Leopoldo Alvarado
Fundador y Presidente
Los empleados, que pasan en este magnífico conjunto de edificios una parte de su vida, parecen disfrutarlo aún más. Gimnasio, guardería, sala de masajes, oficina del Postbank, salas de descanso en cada esquina, sofás para tomar una siesta, que combinan diseños modernos con estilos Bauhaus, y numerosos restaurantes y cafeterías, hacen que uno se pregunte ¿a qué hora trabajan? Pero trabajan, y muy eficientemente, como empresa alemana que es, a juzgar por las cifras: 92.000 clientes en 120 países, ingresos promedio de 12.000 millones de dólares anuales, 48.000 empleados y liderazgo en el segmento de software para los negocios.
Es evidente que en la sociedad de la información ya no tienen un puesto aquellos jefes de personal que llevan un látigo en la mano ni aquellas empresas que recortan los gastos de cafetería. Por acá en Colombia a los empresarios todavía les parece mucha gracia poner una mesita de ping pong en el parqueadero, mientras que la compañía norteamericana Google, reconocida como el rey de Internet, es tan famosa por su célebre buscador como por su formidable ambiente de trabajo. En sus instalaciones en Seattle, los empleados tienen siempre una fuente de buena comida a menos de 500 metros, según un concepto estipulado por Sergey Brin. Los norteamericanos han descubierto que una buena mezcla de productividad, talento y diversión son las claves de un ambiente laboral exitoso. No hay que llevar corbata, cada empleado puede organizar su escritorio como desee y sus sedes en todo el mundo están llenas de objetos locos y conceptos extravagantes, como el famoso tobogán en las oficinas de Seattle, o una pared para escalar en los ratos libres, en la oficina de Colorado. Aparte de esto Google es conocida por sus buenos salarios. Se dice que un programador recibe más de 175.000 dólares al año y por eso la revista Fortune la consideró la mejor empresa para trabajar en América. La compañía ofrece subvenciones para estudios, y estímulos a quien adopte un niño o a quien compre un auto más ecológico.
La sede de Microsoft en Redmond no se queda atrás. En verano, por los pasillos de sus enormes edificios pululan ingenieros en pantuflas y pantalón corto, la corbata ha sido prácticamente desterrada y se juega fútbol después del almuerzo en una cancha frente a las oficinas principales. Los 40.000 empleados del campus de Redmond se transportan hasta sus casas en buses dotados con WiFi y movidos con combustible verde. Nada de eso impidió que Microsoft se convirtiera en la más poderosa compañía de software del planeta y su propietario en el hombre más rico del mundo. Trabajar en buenas condiciones funciona.
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AHANAOA A. C.
Miguel Leopoldo Alvarado
Fundador y Presidente
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